El turismo rural como eje para la recuperación de la actividad en la post pandemia.
El problema: reconstruir mejor sin dejar a nadie atrás, a través del turismo como motor de desarrollo sostenible en los destinos rurales.
La solución: planificar el reinicio del turismo con perspectiva sostenible para producir impactos positivos socio-económicos y ambientales en los destinos locales.
Este artículo avanza sobre los conceptos vertidos por nuestra Directora en el artículo de su autoría publicado en la Revista Gerencia Ambiental, mayo de 2021 (ver más aquí)
El turismo rural y el turismo sostenible: aliados en la recuperación post pandemia.
En los últimos años se han consolidado ofertas turísticas variadas que proponen a los viajeros y turistas el acercamiento a nuevas experiencias. Entre estas propuestas diferenciadas se destaca el turismo rural.
Esta forma de turismo apunta a promover la recuperación de culturas y costumbres autóctonas, rescatar el valor de las comunidades locales, ofrecer la oportunidad de alejarse de las grandes ciudades y vivenciar el paisaje rural con su geografía, su naturaleza, sus oficios y sus tradiciones locales.
Así recobra el turismo su esencia básica: tender puentes, acercar a las personas, estrechar lazos y fortalecer la comprensión de lo diverso, descubriendo a la vez lo que nos une e iguala.
Entonces, ¿cómo construir un turismo rural que deslumbre a los viajeros y a su vez produzca desarrollo sostenible en los destinos rurales?
El problema. Los desafíos para la reactivación del turismo en la nueva normalidad post Covid-19.
Sabemos que la pandemia por Covid-19 ha paralizado al turismo, y que su reactivación será lenta y condicionada por la evolución de la situación sanitaria.
En este contexto, la recuperación de la actividad turística a los niveles previos a la pandemia dependerá de la gestión sanitaria y especialmente del éxito de la vacunación contra la Covid-19. Ambos factores, gestión sanitaria y campañas de vacunación, son los factores clave de los escenarios sobre los que se organizarán las estrategias para facilitar los viajes seguros.
Pero los destinos rurales no sólo requieren seguridad sanitaria para viajeros, trabajadores y habitantes, sino que también necesitan garantizar desarrollo sostenible para su entramado social y económico y protección para su entorno natural y cultural.
Así, concebimos al turismo rural como motor de desarrollo sostenible para los destinos locales: retomando los déficits de desarrollo sostenible y sumando los desafíos sanitarios, para consolidar un modelo de turismo seguro y sostenible para los destinos rurales.
¿Qué cuestiones son prioritarias y cómo incluirlas en una hoja de ruta para que el turismo rural sea un motor de desarrollo sostenible en los destinos locales?
La solución. Construir hojas de ruta para la reactivación del turismo con la Agenda 2030 local como marco para la acción.
En el sentido que venimos planteando, el turismo rural seguro y sostenible deberá planearse con una hoja de ruta que incluya:
- Los aprendizajes sobre la gestión de la crisis sanitaria y preparación para futuras crisis sanitarias y ambientales.
- El fortalecimiento de las instalaciones, los profesionales y los recursos críticos para posibles crisis sanitarias y ambientales.
- La comunicación adecuada y transparente de la evolución sanitaria.
- La implementación efectiva de los protocolos sanitarios requeridos y certificaciones internacionales, que refuercen el compromiso del sector turístico con el bienestar de los trabajadores, los viajeros y la comunidad local.
- Procedimientos acordados con los diferentes actores y niveles de gobierno para la circulación segura de turistas y viajeros -testeos, cuarentenas, certificados de vacunación u otros posibles-.
- Planes de apoyo para los prestadores locales y programas de promoción para el turismo interno.
- Seguros de salud que garanticen el tratamiento adecuado para los turistas y viajeros en los destinos.
- Seguros de viaje que garanticen adecuadas políticas de reintegros y de repatriaciones, ante cambios en las condiciones para el traslado de personas dentro y fuera de las fronteras.
Y sumamos aquí los desafíos para el turismo sostenible local en zonas rurales, que requieren la adecuación de infraestructuras:
- Servicios básicos: acceso a agua potable y disposición de aguas sucias, gestión adecuada de los residuos sólidos, abastecimiento de energías renovables y disminución de la contaminación del ambiente.
- Acceso terrestre, fluvial, aéreo y marítimo y accesos adecuados a atractivos remotos.
- Telecomunicaciones: telefonía móvil e internet potente para cubrir las necesidades de pobladores y turistas durante todo el año.
- Servicios de calidad, personal capacitado y con empleo decente, establecimientos certificados y empresarios comprometidos con la mejora continua de sus servicios.
- Articulación de la gestión pública y privada para sumar esfuerzos y potenciar las capacidades, de manera de lograr una oferta madura y diversificada de experiencias memorables e integradas que beneficien de manera justa a toda la cadena de valor turística local.
- Conciliación entre el turismo y la conservación de la naturaleza, asegurando el aprovechamiento pleno y regenerativo de las áreas protegidas naturales y culturales, mediante un adecuado manejo y control de la huella turística.
A modo de conclusión
En resumen, el turismo rural es una propuesta de enorme potencial para la recuperación resiliente del turismo. Moldearlo con un enfoque sostenible es prioritario para producir impactos positivos socio-económicos y ambientales en los territorios rurales. Y a su vez es necesario para inspirar a los turistas y viajeros con nuevas propuestas motivadoras, seguras y memorables que enriquezcan sus vidas.
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